sábado, 5 de diciembre de 2015

Prevención de las caídas en las personas mayores

Por:

Juan Antonio Castellano Cuesta
Meritxell Fernández Matilla
Nagore Fernández-Llanio Comella

Sección de Reumatología. Hospital Arnau de Villanova, Valencia


Las personas mayores cada vez viven más años. Llegar a edades de 80 o 90 años resulta algo corriente en la actualidad. Como consecuencia del incremento de la esperanza de vida, el riesgo de caerse y padecer secuelas también aumenta, especialmente en aquellos ancianos que sufren una mayor fragilidad o problemas de salud.

El 75% de las caídas se producen en personas mayores de 65-70 años. El 30% de las personas mayores de 65 años y el 50% de las mayores de 80 años, se caen al menos una vez al año; y los que se caen, tienen dos o tres veces más probabilidades de caerse de nuevo en el año siguiente.

La importancia de las caídas radica en las posibles complicaciones que pueden ocasionar, tales como heridas o fracturas óseas, principalmente de caderas, pelvis, vértebras, muñecas, costillas o huesos largos, que obligan a la inmovilidad de la persona y, en ocasiones, a tener que someterse a una intervención quirúrgica, con el riesgo que ello supone. Las frecuentes secuelas que ocasionan pueden disminuir notablemente la calidad de vida, la capacidad funcional y la independencia para poder realizar sus actividades de la vida diaria. Con menor frecuencia, también pueden ser causa directa o indirecta de muerte.

Las causas que predisponen a que las personas mayores sufran caídas son las alteraciones propias del envejecimiento, de la marcha, del control postural y del equilibrio, los trastornos nutricionales, la presencia de enfermedades que alteran la estabilidad, tales como la enfermedad de Parkinson, los ictus cerebrales, las alteraciones visuales, auditivas, las enfermedades cardíacas y pulmonares, la hipotensión ortostática o el uso de determinados medicamentos.

Los programas de formación para pacientes y cuidadores consiguen una disminución notable de las caídas y de sus consecuencias nocivas, por lo tanto su implantación en la comunidad resulta muy aconsejable.

CONSEJOS PARA EVITAR CAÍDAS

Dentro de casa:

Mantener las habitaciones recogidas y ordenadas, especialmente evitando dejar cosas tiradas por el suelo (juguetes, cables, libros, zapatos, ropa, cajas, etc.) o muebles mal colocados que supongan un obstáculo en su camino.

Tener mucho cuidado con mascotas, como perros y gatos, que nos pueden hacer perder el equilibrio y caer.

No usar alfombrillas o usarlas sujetas al suelo para que no se deslicen.

Usar calzado cómodo y seguro

Lamparillas y buena iluminación junto a la cama

Instalar pasamanos a ambos lados en las escaleras

Asideros en la ducha y cuarto de baño

Adaptar una alfombrilla antideslizante en la bañera y ducha

Una ducha plana es preferible a una bañera, ya que permite entrar y salir con mayor facilidad

Tener un banco seguro para sentarse en la ducha, si es preciso

No subirse en escaleras o sillas para alcanzar objetos

Mantener en buen estado los suelos y los peldaños de las escaleras

Tener suficientes interruptores de luz por toda la casa, para no tener que andar a oscuras

Levantarse lentamente después de sentarse o acostarse

En la calle:

Utilizar bastón, andador o ir acompañado y sujeto a otra persona

Caminar por la hierba cuando las aceras están resbaladizas o con hielo

Evitar las aceras en mal estado, con suelo irregular o mal iluminadas

Tratar de evitar las zonas de tráfico intenso o donde exista un exceso de transeúntes

Evitar, si es posible, ciertos medicamentos que podrían favorecer las caídas: Hipotensores, diuréticos, medicamentos para enfermedades del corazón, sedantes, antidepresivos, relajantes musculares, mórficos.

Tratar adecuadamente las enfermedades predisponenetes: Hipertensión, hipotensión ostostática, enfermedades oculares que afecten la visión (cataratas, glaucoma, retinopatía diabética, defectos de refracción visual, etc.). hipoacusia, alteraciones de la marcha y del equilibrio, alteraciones de los pies y del aparato locomotor, enfermedades cardíacas (arritmias, insuficiencia cardíaca, cardiopatía isquémica, etc.), del sistema nervioso central (enfermedad de Parkinson, ictus cerebral, trastornos cognitivos, etc.) y perférico.

Realizar ejercicio físico con regularidad: Caminar diariamente, practicar ejercicios de equilibrio y coordinación, ejercicios de fortalecimiento muscular y de adiestramiento de la marcha.

Otros consejos: 

Mantener en lo posible la actividad y las relaciones sociales.
No beber alcohol
No usar gafas bifocales que parecen aumentar el riesgo de caída
Tener las gafas bien graduadas
Llevar consigo un teléfono inalámbrico o un dispositivo de llamada de alarma, para no tener que correr en caso de recibir una llamada o para poder pedir ayuda si sufriese una caída
Existen protectores de caderas almohadillados que, aunque son incómodos de llevar, pueden evitar una fractura en caso de caída.

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